Cuando presentaron las parejas en la competición más larga e intensa del calendario de pelota profesional, nadie o casi nadie se atrevió a lanzar pronósticos porque las pistas no parecían suficientes, dado que algunos zagueros ni están homologados, ni sabíamos cómo iban a soportar la terrible presión a la que están sometidos.

Ahora ellos, como nosotros, sabemos lo que significa la fórmula “bajo rendimiento”, y las graves consecuencias que sufrirá el futuro profesional  afectado, siendo la primera apartarlo de la competición como si fuese un apestado. Y ante semejante castigo, me pregunto quién es responsable: ¿el pelotari sacrificado o el que aconsejo su inclusión en el grupo seleccionado? No estaría mal reflexionar sobre las responsabilidades de técnicos u otros cargos con poder decisivo.

Me llamó poderosamente la atención ver el nombre de Ladis Galarza entre los seleccionados.

No ignoro la progresión manifiesta de Ladis en  los últimos meses, que particularmente considero insuficiente para el nivel de exigencia del campeonato en cuestión. Conociendo, además, el carácter nervioso,  que las cámaras de televisión nos muestran con cierta insistencia, coincidentes casi siempre con fallos no forzados, no entiendo la reincidencia llevada a cabo por sus mentores. No se trata de lo que yo pueda opinar, que solo debe valorarse como la de un aficionado más, sino de la realidad, plasmada en el rendimiento de la pareja reestructurada, gracias a la inclusión de Aretxabaleta.

Ahora, apoyándome en hechos consumados, no tengo el menor reparo en dar mi voto a la pareja Urruti-Aretxabaleta. Después de ver el partido de Urrechu, me impresionó el juego del delantero ganador, convenciéndome definitivamente de su enorme potencial, que en estos momentos se situa muy por encima de todos los pelotaris profesionales de Asegarce y Aspe. Por si fuera poco, la confianza que le transmite el pelotari de Markina, me inclina definitivamente a señalar esta pareja como favorita y máxima candidata al triunfo final. Luego pasara lo que Dios quiera.